Heurides se despertó de su sofocante auxilio a si mismo, no pudo evitar pensar... ¿qué es la vergüenza?. Hay al menos dos clases de sinvergüenza se dijo, aquellos que no se hacen responsables de quienes son, y aquellos que justamente por tenerlo bien sabido son unos sin vergüenzas. Los primeros ignoran incluso su patética condición. Los segundos teniéndolo todo bien sabido engendran otra duda: ¿La vergüenza es del papel o de la pluma?
Y es que no se sabe si el que cuenta o va de cuento, si va seguido o va de-espacio. Heurides pensé debí llamarme Sinverguenza.
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