Andar es pretender que se llegará a alguna parte, y si en la eternidad hay lugar siempre para un nuevo comienzo es porque seguiremos la ruta de aquello que ya se ha dicho. Para aventurarse a escribir más de dos líneas hay que estar buscando algo que nunca se ha extraviado, estar esclavizado en la obsesión por nuestra libertad para poder romper la hoja vacía con un segundo trazo y una primera huella. Nunca se es lo suficientemente libre para reconocernos y poder escribir un punto final, mientras tanto, mientras lo intentamos, lo mejor que le podemos dejar a este mundo es el anonimato de lo ya dicho…
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