ORDEN CAOS Y ARQUITECTURA


A quien se le pudo ocurrir que la tierra es una superficie cuadrada, si tal figura no consta en la naturaleza que se nos dio a la percepción? A quien se le pudo ocurrir un cubo o una elipse, si el movimiento planetario es algo que ni siquiera se nos escapa como la arena de las manos, no tenemos brazos que abracen estas concepciones. Sin embargo no resulta difícil abrazar con el pensamiento una figura geo-métrica (medida de la tierra) elemental como un cuadrado, un triángulo. La gravedad nos ordena el plano de la horizontalidad y la verticalidad, basta con empezar a jugar con las proporciones: lados iguales, caras diferentes, cortes a la superficie, un juego de niños como los de los famosos Pitágoras, Galileo, Euclides, Gauss...

El orden Universal se formaliza matemáticamente, Pi, por ejemplo, es una proporción que nace de la circunferencia entre su longitud y diámetro y sirve de base en muchos modelos naturales y abstractos, lo que lo hace un número privilegiado entre el orden y el caos. El juego de los números nos sorprende con leyes que  parecen esconder todavía misterios, lo que hace que el orden natural universal capaz de ser abstraído por la matemática sea un tema inconcluso y hasta parecería delirante.

Los arquitectos diseñan con ideas, el cubo, el plano la proporción, no son naturales o al menos no una propiedad directa de nuestra percepción fenomenológica, diseñar con un cubo es diseñar con la representación espacial de una idea de proporción, horizonte y verticalidad. El cubo no le queda al hombre a la medida de sus sentidos o su cuerpo, el cubo es al hombre por su racionalidad, porque representa la lógica en la que se mueve su pensamiento. Somos 1 y 0 , ausencia y presencia, lo simbólico es pura diferencia, nuestra razón y sin razón obedecen a una lógica que se ordena también matemáticamente, que se formaliza en cuadros de verdad, en proporciones y medidas y sin embargo nuestros cuerpos no hallan cóncavos para convexos ni siquiera en el sexo.

No es aleatorio que elijamos un cubo para crear un hábitat, sin embargo lo estamos haciendo a imagen y semejanza de nuestras ideas, ¿a imagen y semejanza de su creador? Ventajosamente la gravedad, en su dimensión Real que ordena también nuestras posibilidades Simbólicas nos permite no solo imaginarlo, sino dibujarlo y construirlo. El verdadero diseño es un diseño de ideas que pueden representarse espacialmente; sin embargo, los hechos arquitectónicos no están solo formados de proporciones geométricas, si un cubo no es un cubo sino una forma de pensamiento, entonces es también una nueva manera de ver la historia, es posibilidad, cárcel, encierro, limpieza, abstracción. El cubo es un significante que se significa en la medida en que se relaciona con otros, relaciones tan complejas como la no-naturaleza humana.

La coherencia entonces no esta solo en la forma y su proporcionalidad o belleza, sino en el discurso que sostiene la determinación del proceso arquitectónico. El cubo, elemento totalmente indeterminado, se determina en esta relación que el arquitecto diseña. Por lo tanto se diseña un discurso en base a un lenguaje arquitectónico, estético, para encontrar la manera de representarlo, de escribirlo en el formato de la gravedad y la luz.

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