Cuando pensamos en un orden destacan los imaginarios de las sucesiones atravezadas de un criterio lógico, un orden que es la posibilidad de establecer patrones por comparación en lo que el mundo tiene de mesurable y de similitud.
Rebelde sin causa, contra el orden establecido. No es azar que la palabra "orden" de cuenta de aquello contra lo que nos rebelamos y al mismo tiempo sea sinónimo de Ley. Esa "Ley" base del sistema de justicia, que suena igual que un orden universal, una ley de la gravedad, que no es lo mismo que la gravedad de la ley y que sin embargo, en el aparente inocente juego del significante, entre ley y orden se gesta la esperanza de inteligir las leyes del universo, o la universalidad de la ley. Es que la verdadera rebelión es sin causa, es cuestionar la causalidad que encierra un vacio.
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