Tres caminos llegan a la cima de la montaña, pueblos vecinos y como próximos encontrados, quizás enemigos. El Buda se pone en mis ojos y me muestra el presente, es un instante en que todo toma un color más claro, se deshace el tiempo y el espacio. Se me escapa regresa, lo vuelvo sobre mi mismo a voluntad, estoy en un sueño. La imagen borrosa se desvanece y se convierte en libertad. El universo es una gran serpiente sin fin ni comienzo se enreda sobre si misma, se muerde la cola.
Qué son estos tres caminos, y esta cima, desde que lugar se ve el mundo y como convergen pueblos enemigos. La rueda de la fortuna me muestra que subimos y bajamos pero de repente el mundo redondo descentra el arriba-abajo y la diferencia presente ya no tiene referente. Los polos siguen presentes, los encuentros, las oposiciones, y sin embargo quienes son los buenos y quienes los malos, ¿cuál es la mejor y la peor teoría sobre el todo o el vacío?
La angustia sigue al enigma, y es también luz señal de deseo, de vacío...
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