no me hagas olvidar... La realidad no es continúa, es discreta. Las unidades que contiene la realidad es contable, se mide en los hechos significantes que se producen cada vez que se nombra una palabra. Cada vez que esto sucede la memoria hace su trabajo y construye un supuesto trazo que hace huella, en una red con códigos particulares y singulares de acuerdo a las experiencia que forman a un sujeto.
Por ello un paciente va ha hacer memoria, es decir, a decir aquello que no quiere decir, a que se le salga negándola, soñandolo, o despertando.
Cada vez que la discreta realidad se inscribe como huella que forma cadenas y mallas, es decir superficie, el tiempo pasa.
Esa es la realidad del tiempo, ese es el ritmo en el que envejecemos.
El tiempo pasa mas rápido cuando nos divertimos. Cuando somos creativos, jugamos y relacionamos. Cuando nos quedamos detenidos, atados, heridos, cuando no vivimos, el tiempo es un enemigo. El tiempo de la realidad es el que no conocemos ni podremos conocer, por ser externo al sujeto . El tiempo del real es igual de imposible, por ser lo más íntimo. Pero el Uno y el Ser no son lo mismo.
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