DESEO Y MIRADA

A pesar de parecer una pregunta de fácil respuesta al momento de explicarla se revela su oscuridad. ¿Porqué tenemos fascinación por la mirada? Ubicamos al otro y nos ubicamos en la mirada. Es a través de la mirada del otro que intentamos resolver el enigma de su deseo, y  la fascinación se resuelve justamente en aquello que tiene de enigmático el deseo en tanto da cuenta de aquello que se pierde, de un resto.

El niño se mira al espejo de la mirada del otro y logra por primera ver plantearse un "ese" soy yo. Hace falta "ese" como tercero que medie entre el yo y la mirada de un otro para ubicar el lugar del sujeto. "Ese" que es nuestra imagen nos mira desde una posición invertida, desde un lugar al que no se tiene acceso. La mirada provoca una fascinación que no la tiene la forma de nuestra nariz o los gestos de nuestra frente. Hablamos a los otros buscando o evadiendo su mirada, so pena de que encontremos nuestro deseo reflejado en ella. 

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